Preparados, listos… ¡Ya! Desde nuestra infancia, nuestros familiares y educadores nos han animado a correr y esforzarnos por ser los primeros. ¿Por qué? Más allá de nuestro natural instinto competitivo y de supervivencia, ¿qué importancia tiene ser veloz? ¿En qué afecta a nuestro día a día? ¿Y cómo se puede entrenar? Te invitamos a descubrirlo en esta noticia.
Qué es la velocidad
Empecemos por el principio. La velocidad, como aptitud física, es la capacidad del ser humano de realizar movimientos rápidos y explosivos con el cuerpo en un periodo determinado de tiempo. Esta capacidad se puede medir a través de distintos parámetros, como la velocidad de reacción (la rapidez de respuesta a un estímulo), la velocidad de desplazamiento (la rapidez de movimiento de un lugar a otro), la velocidad de aceleración (la capacidad de aumentar de velocidad en un tiempo corto) o la velocidad de resistencia (la capacidad de mantener una alta velocidad durante un período prolongado de tiempo).
Las ventajas de ser veloz
Aunque nuestra capacidad de ser veloces está influenciada por la genética, también depende de cuánto se haya entrenado. ¿Y por qué es importante ejercitar la velocidad?
En primer lugar, esta capacidad, que es indispensable en ciertos deportes, como el atletismo, el ciclismo o la natación (velocidad de aceleración, desplazamiento y resistencia), también resulta de ayuda en otras disciplinas. Por ejemplo, ser rápido aumenta el rendimiento en deportes como el boxeo y el tenis (por la velocidad de reacción) o el fútbol y el baloncesto (velocidad de desplazamiento, de reacción y de resistencia).
En la vida cotidiana, también puede ser útil correr rápidamente: para alcanzar un autobús, llegar a tiempo a una cita o escapar de algún peligro, en alguna situación más extraordinaria.
Además, puede contribuir a prevenir lesiones (se pueden evitar accidentes al sortear mejor los obstáculos) y enfermedades cardiovasculares (gracias a la velocidad de resistencia se puede mejorar la salud cardiorrespiratoria y la resistencia en general).
Por último, la velocidad puede ser una meta para algunos deportistas, de tal manera que desarrollar esta habilidad y ver que mejoran constituye una fuente de autoestima y satisfacción.
Consejos para entrenar la velocidad
1. Realiza un entrenamiento específico de velocidad
Piensa qué tipo de velocidad quieres desarrollar y confecciona la rutina que mejor se adapte.
Por ejemplo, para mejorar la velocidad de carrera, puedes hacer ejercicios específicos de sprints, tanto cortos (de 20 a 40 metros) como largos (de 60 a 100 metros). Te ayudará a trabajar la aceleración, la velocidad máxima y la resistencia a la velocidad.
Para trabajar la velocidad de reacción, puedes hacer ejercicios de agilidad, como escaleras de agilidad, conos de agilidad, cambios de dirección rápidos y ejercicios de reacción a señales visuales o auditivas.
2. Perfecciona la técnica de carrera
Mejorar la técnica hará que progreses en tu objetivo de mejorar la velocidad. Se trata de prestar atención a aspectos como la postura corporal, la cadencia de zancada, el ángulo de la rodilla, la longitud de la zancada o el movimiento de los brazos. Para entrenarlo, puedes efectuar carreras de técnica, ejercicios de skipping (rodillas al pecho) o ejercicios de marcha con movimientos exagerados.
3. Ejercita la fuerza
Desarrollar una base de fuerza en todo el cuerpo es fundamental para la velocidad. Puedes hacerlo mediante ejercicios para entrenar la fuerza explosiva (saltos pliométricos, saltos de caja, lanzamientos de balón medicinal) y la fuerza en general (levantamiento de pesas, sentadillas, peso muerto, flexiones, dominadas y prensas de hombros).
4. Respeta los tiempos de descanso y recuperación
Los momentos de descanso y de vuelta a la calma permiten que el cuerpo se recupere y se adapte tras el estrés del entrenamiento de velocidad. Es importante programar días de descanso y asegurarse de dormir lo suficiente para optimizar la recuperación muscular y el bienestar general.
Conviene recordar que el entrenamiento de velocidad debe ser progresivo y adaptado a las necesidades individuales de cada persona. Si quieres recibir asesoramiento personalizado sobre el tipo de entrenamiento que necesitas, no dudes en consultar a nuestro instructor de sala del gimnasio. ¡Te esperamos!