Victor Guerendiáin; misión, deporte y servicio

Misionero de Claret Larraona

Víctor Guerendiáin Ciganda, a sus 84 años, es asiduo del Polideportivo Larraona. Viene todos los días de lunes a viernes, bien temprano por la mañana, para realizar sus ejercicios, haciendo gala de una constancia que les gustaría tener a muchos. En esta noticia os contamos quién es Víctor y cómo se mantiene activo tras una vida llena de experiencia misionera.

 

fotografía de un sacerdote misionero en Bolivia

 

Del valle de Ultzama a Cochabamba

Víctor es uno de los misioneros claretianos que forman parte de la comunidad de Larraona. El hermano de su abuelo era misionero claretiano, por lo que ya le venía de familia, y sus padres le animaron en su vocación desde que sintiera inquietud por ella, a los 12 años. Fue el primer director del Colegio Larraona, en su fundación en 1970, y tras cuatro años en el cargo, Víctor marchó a Bolivia, donde se le asignó el cargo de superior de la delegación y construyó más de 5 hogares campesinos.

Vivió más de 35 años en Bolivia, dedicado a la misión, hasta que en el año 2010 un infarto cerebral hizo que tuviese que regresar a España para recuperarse. Aquí, además de acudir a sus citas médicas y hacer actividades de logopedia y agilidad mental, vuelve a recuperar su forma física poco a poco. Ejercicios cervicales y de movilidad, caminar en las máquinas, y entrenar en la sala de musculación son parte de su rutina diaria. No es de extrañar que sea tan deportista, sabiendo que en Tarija subía a pie montañas de más de 4.000 metros de altitud.

 

máquinas para hacer ejercicio en un gimnasio de Pamplona

 

Un hombre activo

Mantenerse activo es esencial para Víctor, ya que sigue llevando un ritmo de vida muy completo. No está acostumbrado a aburrirse, y aún a día de hoy sigue sin tiempo para ello. Colabora con la asociación claretiana de Proclade Yanapay, y participa en los Grupos de Jesús de la parroquia de San Francisco de Asís, además de seguir en contacto con toda su familia – la española y la boliviana –:“Es muy importante para mí, me siento parte de algo”.

El Polideportivo Larraona está dentro de esta nueva rutina diaria. La frecuencia y los años de asistencia hacen que Víctor sea muy conocido entre nuestro personal y los usuarios. “Hay muy buen ambiente, son todos muy atentos”, comenta. Se divierte enseñándonos quechua en una relación en la que todos aprendemos cosas nuevas: “Aquí me consideran como boliviano”.

Es un placer acoger en nuestras instalaciones a personas como Víctor, que inspira nuestro día a día con su cercanía, perseverancia y sencillez.