¿De dónde viene la disciplina de pilates? ¿En qué se basa? Conocer sus raíces nos ayudará a entender mejor esta práctica deportiva tan extendida en el mundo y con tantos beneficios para la salud.
La historia de la Contrología
Esta disciplina fue fundada por el alemán Joseph Hubertus Pilates (1883-1967), a partir de sus conocimientos de gimnasia, traumatología y yoga. Aunque acabó siendo un gran atleta, en la infancia era un niño enfermizo y fue esta debilidad física la que lo hizo interesarse por el cuerpo humano (estudio de la anatomía), el ejercicio (practicó culturismo, lucha, yoga, taichí, gimnasia y natación, entre otros deportes) y la filosofía aplicada a ello (teorías orientales sobre el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu).
En 1912, a los 29 años, J.H. Pilates marchó a Inglaterra para mejorar como boxeador. Estuvo trabajando en el circo y como instructor de defensa personal, pero cuando estalló la Primera Guerra Mundial, fue internado en un campo de concentración debido a su nacionalidad. Aprovechó para enseñar el arte de la lucha y la defensa personal a los internos, y diseñó una seria de ejercicios para ellos. Tras la guerra, regresó a Alemania, donde siguió impartiendo entrenamiento personal, autodefensa y rehabilitación para los veteranos de la guerra.
Antes de que comenzara la Segunda Guerra Mundial, el profesor Pilates se exilió en Estados Unidos, y en 1926 abrió en Manhattan, junto a su esposa, un estudio para enseñar su método, al que acabó llamando “Contrología”. Al centro acudían famosos coreógrafos y bailarines. Tras su muerte, en 1967, su mujer y varios de sus discípulos se encargaron de seguir enseñando el método de Pilates en distintas academias. Esta disciplina y sus fundamentos, quedan recogidos en las dos obras que publicó J.H.Pilates, “Tu salud: Un sistema correctivo de ejercicio que revoluciona todo el campo de la Educación Física” (1934) y “Regreso a la vida a través de la contrología” (1945).
Bases de pilates
El método es, ante todo, un entrenamiento físico, que busca fortalecer la zona CORE del cuerpo. A través de ejercicios de fuerza y de movimiento controlado, se trabaja la fluidez, elasticidad y la flexibilidad de los músculos internos (transverso, abdominales, suelo pélvico…). Esta zona es de vital importancia porque ayuda a mantener el equilibrio corporal y da estabilidad y firmeza a la columna vertebral. Como dice nuestra profesora de pilates, Itziar Arrastia, es el “centro del poder” de nuestro cuerpo.
Por otra parte, también es un entrenamiento mental, en cuanto a que se trabajan la concentración, la respiración y la relajación. Más que el número de repeticiones o de series, en esta disciplina es muy importante realizar una buena ejecución del ejercicio y controlar la respiración, siendo consciente de cada movimiento.
El fundador Pilates concibió este método como una manera de favorecer el equilibrio y unidad entre la mente y el cuerpo. En su libro “Regreso a la vida a través de la contrología” escribió:
Con el cuerpo, la mente y el espíritu funcionando perfectamente, como un todo coordinado, ¿qué podría esperarse sino una persona activa, alerta, disciplinada? Más aún, un cuerpo tal, liberado de la tensión nerviosa y el exceso de la fatiga, es el cobijo ideal que proporciona la naturaleza para albergar una mente equilibrada, siempre capaz de encarar con éxito todos los complejos problemas de la vida moderna.
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