Esta semana hemos querido conocer un poco más a nuestra profesora de yoga, Marta Onieva –que también da hipopresivos -, para profundizar sobre esta práctica milenaria. La pamplonica nos cuenta qué puede aportarnos esta práctica, su profundidad y cómo enfoca sus clases, que imparte por las tardes en nuestro centro.
El yoga aporta muchísimos beneficios físicos a nivel de flexibilidad, fuerza y equilibrio pero, como nos comparte Marta, muchas personas se inician en él en un camino de búsqueda: “Como a la mayoría de las personas, este ritmo frenético y superficial que llevamos no me encajaba. Buscaba algo más profundo y encontré el yoga”. La profesora explica que desde que empezó a practicar, en 2012, y a formarse como profesora posteriormente, “sintió un cambio radical”: “Me ayudó a conocerme y conectar conmigo misma, sin caretas”. “El yoga –sigue- es una filosofía de vida. En la esterilla te encuentras con un espejo de ti mismo”. Nos explica que no hace falta tomárselo como tal ni compartir sus enseñanzas más espirituales, pero que los beneficios físicos que te aporta “suelen hacerte profundizar en ti mismo a posterior”. En este sentido, nos comenta que es muy gratificante el trabajo con sus alumnos en el polideportivo: “La mayoría no fallan nunca y me cuentan que les ayuda mucho, que han ganado mucho en bienestar físico y emocional y se lo llevan fuera del aula, a sus vidas”.
Una ayuda para cada día
“La finalidad del yoga es conectarte, sentir la unión con todo y la tranquilidad interna para afrontar cual sea tu circunstancia” –concreta. “Lo primero que necesitamos para lograrlo es conectar con nuestro cuerpo, que nos da una información valiosísima sobre nosotros y nuestra vida: la memoria olvida, pero el cuerpo no”. Y nos detalla cómo, durante la práctica, salen a relucir las tensiones del día, nuestra mirada sobre nosotros mismos, lo que nos ocupa la cabeza y no nos deja desconectar, etc. Las sesiones son de modalidad Hatha Vinyasa, y en ellas Marta propone a sus alumnos recorrer esta práctica de “conexión” dividiendo la clase en tres partes: la primera, donde el practicante se sitúa en el momento y el espacio y toma consciencia de la energía que trae para afrontar la sesión; entonces se comienzan los ejercicios de respiración, flexión, rotación y fuerza; la segunda, en la que se hace una meditación; y la tercera y más importante, la relajación. “Cada clase –explica- se centra en una temática concreta: el cómo nos contentamos, qué apegos tenemos, el juicio sobre uno mismo, la no violencia…”.
Cómo combinar yoga con otras rutinas deportivas
Muchos de nuestros socios acuden a más de una actividad en el polideportivo para trabajar distintas dimensiones. Como nos explica Marta, es buenísimo combinar el yoga con cualquier práctica intensiva, pero hay que hacerlo en un orden específico siempre que sea posible: “En yoga estamos trabajando desde las ondas Alfa de nuestro cerebro (hacemos ejercicio más o menos intenso pero en un estado relajado). Por eso no te va a ayudar hacer después un deporte intenso como spinning o crossfit, donde estamos con ondas Beta (completamente despiertos, alerta, activos)”. Así, nos cuenta que primero conviene hacer una actividad más exigente a nivel cardiovascular y muscular, y después ir a yoga, donde se trabaja la fuerza (por ejemplo planchas, push con las manos y equilibrios que requieren mucha musculatura interna, pero todo se hace desde la esterilla y con el propio cuerpo). “El yoga es bueno para empezar o terminar el día. Para empezarlo, porque te centra y te sitúa para afrontar la jornada; y para acabar porque te equilibra con todo lo vivido”.
Nos ha encantado conocer un poco más cómo son tus clases y la filosofía que hay detrás del yoga, Marta, ¡muchas gracias!
Si estáis interesados en probar sus clases, aquí tenéis más información 🙂