Gimnasia y superación: conoce a Aelita Horbunova

chica joven posando en un polideportivo

Aelita Horbunova (17 años) es gimnasta y entrena el grupo extraescolar de 4 a 7 años de gimnasia rítmica aquí en el Polideportivo Larraona. Es ucraniana y lleva 2 años y medio viviendo en España. Trabaja, estudia y entrena; es un ejemplo de resiliencia, superación y pasión por la gimnasia. Sigue leyendo para conocer su historia.

 

Una trayectoria muy completa

Desde pequeña ha competido en la modalidad individual, y así ha seguido durante los 12 años que ha entrenado en Ucrania: “Empecé a entrenar a los tres años, y a los cuatro tuve mi primera competición”. Lleva la gimnasia dentro desde siempre, principalmente gracias a su madre que la inició en el mundillo: “Me hacía las mallas a mano para poder actuar”. A los 14 años dejó de competir y tuvo un año de parón, debido a una lesión en el hombro, entre otras cosas. Sin embargo, nunca se alejó de la gimnasia, ya que durante ese tiempo seguía entrenando a un grupo de gimnastas infantiles.

 

niña pequeña compitiendo en gimnasia rítmica

 

Aelita estaba a punto de llevar a sus niñas a una competición cuando estalló el conflicto en Ucrania. Fue gracias a Anna Turktarova, entrenadora de gimnasia rítmica del Club Larraona, que Aelita junto con su madre y su entrenadora pudieron venir a España. La hermana de Anna era la entrenadora de Aelita en Ucrania.

Al llegar, Aelita no sabía nada de castellano: aprendió las palabras básicas y los números del 1 al 10 gracias a su móvil durante el viaje en coche. Fue al llegar a España cuando, impulsada por la necesidad, aprendió el idioma. “Anna me ha ayudado mucho, me traducía y me corregía al hablar”.

Aquí ha vuelto a la competición en la modalidad de individual absoluto, llegando a torneos como el Campeonato de España. También se ha unido a la modalidad por equipos con el equipo de senior absoluto del Club Larraona. Expresa su cariño por sus compañeras de equipo: “Me lo paso súper bien con ellas, son muy buenas para mí”.

Esta ha sido su última temporada como gimnasta, debido a que requiere mucho tiempo y es difícil compaginarlo con los estudios, el trabajo y la situación en Ucrania. Pero eso no quiere decir que vaya a dejar la gimnasia rítmica; Aelita va a seguir entrenando a su grupo “mallas verdes” y quiere estudiar los cursos superiores de entrenadora: “Desde pequeña sabía que iba a ser entrenadora. En Ucrania tenía mucha ilusión por la gimnasia rítmica y aquí, aunque es diferente, la sigo manteniendo.”

 

Gimnasta joven en una competición de gimnasia rítmica con pelota

 

Sus “mallas verdes”

Aelita entrena nuestro grupo de 12 niñas de entre 4 y 7 años, a las que llaman cariñosamente “mallas verdes”. Reconoce que la mayor dificultad del grupo es que al ser pequeñas a veces cuesta que se separen de sus padres, pero es algo normal que las niñas acaban superando. El objetivo es que se lo pasen bien y vayan a gusto a clase: “Siempre salen supercontentas”.

Una clase habitual comienza con el calentamiento, seguido de ensayos del baile de este curso. Ahora están preparando la exhibición de final de curso en la que demostrarán todo lo que han aprendido durante este año. Al terminar la clase, hacen estiramientos, muy importantes después del ejercicio, y Aelita felicita a las pequeñas gimnastas. “Si entrenan bien les doy pegatinas, y para mí siempre entrenan bastante bien”, confiesa entre risas.

 

Superación día a día

El deporte te forma el carácter, te forma como persona y te aporta más que sólo beneficios físicos. Aelita así lo opina también: “Si tienes problemas y eres deportista no te vas a rendir, vas a tirar hacia adelante. Si en una competición quedas quinto no dejas el deporte, entrenas más para mejorar”. Nos cuenta que la gimnasia le ha hecho tener las fuerzas de seguir adelante en muchas ocasiones ayudándola a superar las dificultades y que está muy agradecida por ello. “Yo he trabajado mucho en la gimnasia y la gimnasia también ha hecho mucho trabajo en mí.”