Si quieres ponerte en forma y pasar un buen rato, Nicolás Ariztimuño te está esperando. Es nuestro profesor de Cross Training, un joven preparado y con muchas ganas de enseñar y disfrutar en los entrenamientos. ¿Lo conoces?
Nicolás (23 años) imparte Cross Training los lunes y miércoles al mediodía y los martes y jueves por la tarde. Ha realizado un Grado superior de Acondicionamiento Físico y estudia actualmente el Grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFYD). Tiene el título de Entrenador de baloncesto y el título de Entrenador de Crossfit, una disciplina que le apasiona y en la que compite a nivel nacional en la categoría de élite (la máxima). Ha llegado a ganar una competición de RX y está capacitado para preparar de manera individualizada a atletas.
“La competición evalúa que seas capaz de levantar suficientes pesos, de manera muy sólida, y que demuestres habilidades para hacer prácticamente todo lo que te piden”, explica. Normalmente tiene un tiempo preparatorio antes de la competición, a la que se presenta de forma independiente. “Me gusta mucho competir, pero es muy duro. Estás solo. Compites contra gente desconocida. Ves a los otros competidores y te entran las dudas. Por eso es muy mental, hay que estar muy concentrado y tener confianza en uno mismo. Es un reto muy grande, pero que merece mucho la pena. Lo pienso cada vez que acabo”.
Nicolás se especializó en Crossfit por la variedad de ejercicios y los beneficios que reporta la disciplina. “Aprendes un montón de cosas, fue lo que más me llamó la atención”, cuenta. “Te prepara para ser fuerte, rápido, para poder nadar, para correr sin ahogarte… También tiene la parte de la halterofilia que me parece súper bonita y la parte de los gimnásticos –con ejercicios como subir anillas o andar haciendo el pino, por ejemplo– que es la que más me gusta”.
Al final, el objetivo es ser funcional: ser capaz de hacer todos los esfuerzos de la vida diaria con soltura y con agilidad. Por eso, asegura que es un deporte para todo el mundo: “Todos los ejercicios se pueden adaptar a la condición física de cada uno. He tenido alumnos hasta de 70 años”. El profesor insiste en que los beneficios son múltiples: físicos (fuerza, trabajo metabólico y de cardio, trabajo funcional, coordinación…) y también cognitivos (por ejemplo, la capacidad de aprender nuevos movimientos).
Los beneficios, además, pueden ser psicológicos, por el bienestar que reporta hacer ejercicio. “A clase venimos a desahogarnos, a reír y a sudar. Aunque nos cansamos y sufrimos, nos lo pasamos muy bien, la gente viene con actitud positiva”, defiende Nicolás.
“Dar clase me gusta mucho. Y cuando el grupo y el ambiente es bueno –que aquí es genial– resulta fácil. Si lo haces bien, tienes un reconocimiento positivo, así que es un trabajo que llena mucho. La gente es muy agradecida”, reconoce.
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