un alumno del colegio juega golpea una bola de pádel

Una de las extraescolares infantiles que ofertamos es el pádel. Dos veces por semana, nuestros alumnos disfrutan de una hora en las pistas al mediodía, después de haber comido y antes de retomar las clases de nuevo. En ese rato se mueven, aprenden y se entretienen.

 

un niño sujeta una bola de pádel y una pala

 

Pablo Lusarreta es el encargado de impartir clases a los dos grupos de alumnos (de 4 a 7 años y a partir de 8 años). Los más pequeños aún no juegan uno contra uno. «El objetivo es que cojan la técnica y trabajen distintas habilidades como la coordinación mano-ojo o la visión espacial. Así aprenden  a moverse en la pista, calculando espacios y distancias», explica. «Aunque el pádel es un deporte bastante agradecido –sin saber mucho uno puede lanzarse a probar– , luego, cuando son mayores, se nota si han hecho algo antes«.

 

un niño sujeta una pala de pádel

 

Los alumnos hacen ejercicios como botar la bola, practicar saques o golpear para meter la bola dentro de unas pequeñas porterías situadas al otro lado de la pista.

 

un niño recoge bolas de pádel

 

Pablo anima a los niños con pequeñas competiciones: en un grupo contra otro, a ver cuántos «goles» meten, quién es el «pichichi»… También les manda recoger las bolas y les plantea retos: «en 30 segundos las tenemos todas». Es una forma de animarlos, de mantener su atención y de que todos participen y colaboren en la clase.