Hacemos deporte para estar fuertes, sanos, con energía… Para vivir más plenamente nuestro día a día. Con este objetivo, el grupo de Tonofit se reúne semanalmente en nuestro gimnasio. Se trata de sesiones que, además de dar resultados, se disfrutan mucho, como asegura la profesora Elena Cortes, que lleva más de quince años enseñando con nosotros. De la mano de ella, nos adentramos en una clase para saber en qué consiste la tonificación.
“Tonificar es fortalecer los músculos en base a ejercicios de muchas repeticiones con cargas bajas”, explica Elena. “El objetivo es fortalecer músculos y articulaciones, pero sin cargas pesadas. Esto, llevado a la vida cotidiana, permite a quien lo practica cargar las bolsas de la compra con más soltura, que las piernas respondan en una excursión al monte o en una caminata, poder cargar mejor con los hijos o con los nietos, limpiar la casa sin problemas…”
Por tanto, se trata de movimientos muy básicos, funcionales. Es decir, que se pueden trasladar a lo cotidiano o que ya se hacen diariamente. Un ejemplo de ello son las sentadillas: hacemos un movimiento similar cuando vamos al baño o cuando salimos del coche, por ejemplo. Eso sí, lo importante es que se realicen bien, o como señala Elena, la “biomecánica” del movimiento. “Hay que controlar la posición, la postura y la ejecución del movimiento. Yo estoy para dirigir la clase, pero también para corregir, para ayudar a que cada ejercicio se haga de la manera correcta”.
¿Y de qué consta cada clase? Siempre empieza con una parte de calentamiento y de movilidad articular, y se termina con estiramientos o vuelta a la calma. Y dentro de lo que es la parte central de la clase, normalmente se divide en dos etapas, en las que el nivel de pulsaciones es medio-alto. Primero, se realiza en el step una serie de ejercicios con el peso del cuerpo: sentadillas, planchas, zancadas, carrera en el sitio, etc. Es un ejercicio más de cardio, en el que suben las pulsaciones, aunque no mucho. En segundo lugar, se realizan trabajos de fuerza y resistencia, y, como indica la profesora: “ya no paramos”. Se utilizan mancuernas, barras y el propio peso del cuerpo y se realizan muchas repeticiones para fortalecer las distintas áreas del cuerpo (bíceps, tríceps…). Al final de esta parte siempre se hace hincapié en la zona del abdomen, por su especial importancia dentro de la musculatura CORE.
“La idea es trabajar todo el cuerpo, todos los grupos musculares y todos los planos (ej. diagonales)”. Al contrario de lo que se pueda pensar, Elena señala que con estos ejercicios los músculos no se hipertrofian. Una ganancia significativa de músculo tiene que ir acompañada de una programación de fuerza específica (pocas repeticiones con mucha carga) y de una alimentación concreta. Con lo cual, lo que se consigue es fortalecer o definir los músculos, siempre pensando en la utilidad que esto aporta.
“Tenemos que poder hacer movimientos como elevar el brazo para coger algo del armario. Si no puedes mover tu propio peso tienes un problema de salud. Por eso realizamos muchas repeticiones, pero con cargas bajas: 2 kg en cada mano, o a veces 3 o 4. Aunque hay personas que empiezan con un kilo y luego hacen la transición a 2 y a más”.
Es importante señalar que estas sesiones se adaptan a todos los públicos. “Son grupos muy heterogéneos en cuanto a edad y condición física. En una misma clase tengo a una universitaria de 18 años y a un hombre de 70. La clase dirigida la planteo así, para que tenga cabida todo el mundo, también quien viene con lesiones o hernias”.
Quien acude sabe que puede parar y retomar el ejercicio cuando haga falta, y va aprendiendo si hay algún movimiento que no puede realizar o que puede hacerlo de una manera distinta (por ejemplo: hacer una plancha apoyando el antebrazo).
“Se trata de un grupo muy fidelizado, algunos llevan varios años viniendo y además, aceptan de muy buen grado a la gente nueva. Es gente muy motivada, fiel a las clases semanales”. Vienen hermanas, amigos, madres e hijas… Y también personas que no conocían a nadie y que se quedan, por el buen ambiente que hay.
Cada clase es diferente y está pensada para que sea entretenida. De vez en cuando, se realizan circuitos. Antes del covid-19 se montaban diferentes estaciones y las personas iban rotando, pero ahora cada uno coge el material y realiza el circuito en su propio espacio. Un entrenamiento muy completo.
Además, hay quien lo combina con nuestras clases de spinning antes o con distintas actividades deportivas: correr, patinar, pádel… Tonofit permite tener fondo, “una estructura muscular para soportar otro tipo de deporte”. Así lo asegura Raquel Turrientes, una de las socias “fieles” a la tonificación: “Respiración, aguante, agilidad, capacidad de reacción… Tonofit aporta muchos beneficios”.
Aún así, hay momentos o días en los que se hace más duro realizar los ejercicios. “La vida te pone en situaciones difíciles y de estrés, y hay que tener la capacidad de soportarlo. Es ese punto de sufrir que a los jóvenes suele costarles más que a los mayores, pero que también se entrena. Es la disciplina, ese ‘no tengo ganas, pero voy’”.
Elena lleva muchos años en el mundo de las clases dirigidas, pero de formación es psicóloga. Cuenta que lo que más le motiva de su trabajo es el feedback de la gente: la motivación, las ganas de superación, el esfuerzo y la satisfacción de lograr lo que se persigue. “Animo a todo el mundo a que venga a probar las clases”.
Si no eres socio, inscríbete ya y ven a conocer nuestras clases de Tonofit. Y si ya eres socio, apúntate también a estas sesiones. ¡Te esperamos!