En este día de San Valentín, el Polideportivo se convierte en ese cupido que te ayudará a enamorarte del deporte y a alcanzar tus metas personales. Aunque tradicionalmente asociamos esta fecha con el día de los enamorados, hoy te invitamos a recordar que existen muchos tipos de amor que merecen ser celebrados, como el amor por el deporte. El deporte es mucho más que ejercicio; es superación, disciplina, constancia y, sobre todo, es amor por ti mismo.
La magia del deporte: un amor que transforma
Hoy queremos reflexionar sobre lo poderoso que puede ser el amor por el deporte. El deporte va más allá del sudor y el esfuerzo físico. Es un vínculo que nos une, un lenguaje que compartimos con quienes están a nuestro lado en cada entrenamiento. Aquí, no solo trabajamos el cuerpo, sino también las relaciones. Cada clase es una oportunidad para formar parte de algo más grande: una comunidad que se apoya, que se reta y que celebra cada logro, por pequeño que sea.
Imagina las clases de boxeo con Pablo Barragán. Cada golpe, cada entrenamiento es una excusa para compartir, para conocerse mejor y para hacer nuevas amistades. O las sesiones de spinning con Asier, Leticia, Iñigo y Maite, donde el pedaleo no solo es un ejercicio físico, sino también una recarga de risas, energía y conexiones genuinas.
Historias de deportistas que se enamoraron de su disciplina
Si aún no te hemos convencido de la fuerza de este amor, permítenos contarte unas historias que te demostrarán cómo el amor por el deporte es lo que ha llevado a grandes estrellas a alcanzar lo imposible.
Rafa Nadal: Rafa ha demostrado que el verdadero amor por el deporte no solo se mide en victorias, sino en cómo se enfrentan las adversidades. Su amor por el tenis se refleja en su capacidad para levantarse tras cada caída y en su resistencia frente a los desafíos. Cada derrota, cada lesión, es solo una oportunidad para seguir adelante con más fuerza. Como él mismo dice, “el deporte me ha enseñado más sobre la vida que cualquier otra cosa.” Para Nadal, el tenis es su gran amor, el que le ha enseñado a vivir.
Laia Sanz: La campeona de motociclismo y rally es un ejemplo de valentía y pasión por lo que hace. En cada curva de la pista, Laia nos demuestra lo que significa entregarse por completo a lo que amas. Cada carrera es una prueba de que el amor por el deporte no tiene límites. Tras su accidente en enero, en el que se volcó por una piedra, Laia comentó en una entrevista: “hay que sacar la parte positiva y volver más fuerte.” Su perseverancia es una inspiración para todos.
Mireia Belmonte: La nadadora olímpica es otro claro ejemplo de cómo el amor por el deporte puede llevarte a tocar el cielo, incluso después de haber tocado fondo en momentos difíciles. Tras su gran esfuerzo en las olimpiadas de Tokio 2020, donde estuvo a solo unas centésimas de la medalla de bronce tras una lesión en el hombro, Mireia nos demuestra que el amor lo supera todo. Ella misma afirmó después de esos juegos olímpicos: “Tengo más ganas que nunca. Afrontar y superar obstáculos me ha fortalecido y ha alimentado mi deseo de seguir compitiendo al más alto nivel.”
Cuenta con nosotros, tu cupido deportivo
En este Día de San Valentín, más allá de buscar el amor romántico, busca el amor por tu cuerpo, por tu bienestar y por las personas que estarán contigo en este camino hacia el bienestar y el deporte.
En el Polideportivo, somos como tu cupido deportivo, siempre dispuestos a ayudarte a enamorarte del deporte, emparejándote con tu clase ideal, ejercicios y movimientos llenos de energía para que encuentres la mejor manera de vivir enamorado del deporte.