Inmaculada Miqueleiz dice que está en sus 60, como dicen los ingleses, “in my sixties”. Se ha dedicado durante todos estos años a la educación en un colegio en Primaria y a la enseñanza del inglés en el instituto, pero ahora no le ha quedado más remedio que jubilarse. Y no pierde el tiempo: acude al menos cuatro veces a la semana a nuestro gimnasio para practicar spinning, GAP y pilates; y anteriormente hacía hipopresivos. Hablamos con ella sobre deporte, trabajo, actividad…
¿Por qué decidiste hacerte socia del Polideportivo Larraona?
Me apunté con la pandemia, porque vivo cerca y Alicia Elizalde me lo sugirió. Era socia de otro club, así que no me podía imaginar que iba a estar tanto tiempo aquí. Ni lo había pensado, pero todavía sigo, la verdad es que no veo el momento de dejarlo, estoy satisfecha. No me imaginaba que el profesorado iba a ser de tanta calidad.
¿Qué te aporta cada una de las actividades que realizas aquí?
Empecé con spinning porque es algo que hacía desde siempre. Y a GAP y pilates voy porque me satisfacen y cumplen mis expectativas. En otros sitios, por ejemplo, las clases de pilates no me acababan de convencer, pero aquí sí, y con GAP pasa lo mismo.
Se trata de actividades dirigidas, en las que la labor del profesor y el acompañamiento que brindan los otros alumnos es importante.
Yo nunca haría spinning por mi cuenta, por ejemplo, me resultaría aburrido. No vas a clase solamente por hacer spinning, también interaccionas con la gente, con el profesor… Es más divertido y más estimulante. Y creo que el ambiente está bastante bien.
En clase confluyen personas de distintas edades y condición física.
En GAP voy con gente más joven, pero también hay gente de mi edad. Yo pensaba que no iba a poder realizarlo, pero sí. Y eso que hago spinning que es fuerte, pero como tengo background lo llevo bien. La profesora de GAP prepara la clase que corresponde y todo el mundo se adapta fácilmente. Una persona que esté en condiciones físicas medianamente buenas no va a tener problemas. La profesora atiende bien al grupo que dirige, son ejercicios muy variados para trabajar brazos y piernas y la coordinación. Es muy completo, es una clase para salir cansado.
Pilates también es una clase muy completa, ¿qué beneficios tiene?
Hacemos un poco de todo: de control del cuerpo, de coordinación… depende del día. No es el típico pilates que he visto en otros sitios, en donde casi más que pilates se hace GAP. Me parece que la profesora tiene muy buen conocimiento de cómo funciona el cuerpo y lo hace muy bien. Trabajamos la coordinación, la simetría y también el equilibrio, que es muy importante.
¿Qué otras actividades has realizado?
Yo he sido siempre carne de gimnasio. En mi juventud hice baloncesto, pero hace ya muchos años. Algunos aquí me comentan, si ven que me pongo antes con la bicicleta de spinning o me quedo un rato más, que para la edad que tengo no saben cómo puedo aguantar. Y la verdad es que me gusta. Ahora que me he jubilado me dicen que puedo ponerme a estudiar. Yo les digo que no, que llevo toda la vida haciéndolo. Ahora me quiero dedicar a esto. Lo de coser, bordar, dibujar… yo lo respeto, pero, lo siento, a mí no me va eso.
Siempre has sido una mujer trabajadora y muy activa, y ahora no iba a ser menos.
De profesora, era de esas a las que solo ves sentada en la mesa cuando los niños están ya fuera. Cuando me preguntan por qué voy tanto al gimnasio les digo que no me he jubilado, que a mí me han despachado. Yo siento que valgo más, que tengo más que dar. Les dije todo eso en el colegio, pero me respondieron que lo tenía que dejar. Me han tenido que echar, porque yo no me hubiera ido. Me llenaban los niños, y me siguen gustando.
Tienes dos hijos que son mayores. ¿Haces deportes con ellos?
Andamos en bici y también hacemos esquí, en navidades estuvimos esquiando toda la familia.
Gracias por compartir con nosotros tu testimonio, Inmaculada. Es un placer encontrarte por nuestras instalaciones y disfrutar de la energía que desprendes.
