Por qué la música te ayudará a hacer deporte

mujer corriendo por el campo

Nuestro polideportivo tiene siempre la música a buen volumen en las clases porque sabemos lo importante que es que te acompañe en tu ejercicio (si necesitas música para tu rutina de entreno en la sala de musculación, aquí tienes un buen sitio donde encontrar). Además, seguro que a estas alturas ya tienes una lista con tus canciones preferidas para hacer deporte. Lejos de ser un simple modo de animarnos, la verdad es que hay razones científicas por las que la música siempre se ha relacionado con el ejercicio físico, y más allá, con tu salud corporal y emocional. Y es que la música es mucho más que compañía, es una aliada. 


Música, emociones y cuerpo 

Los efectos de la música en nuestro organismo son muchos: de entrada, puede modificar nuestro estado de ánimo, calmándonos o excitándonos. Esto implica que es un gran aliado para manejar estados emocionales, ya que puede ayudar a canalizar emociones. Esto es debido a que las ondas sonoras son una estimulación directa de nuestro sistema nervioso a través del nervio vago, con el que la música (y cualquier sonido) entra en contacto desde los oídos. El nervio vago es uno de los más importantes de nuestro sistema nervioso autónomo, responsable de nuestro proceso de autorregulación emocional (cómo nos sentimos) y con una conexión importante con el cuerpo, incluyendo nuestro corazón, respiración y digestión. Estimulando este nervio reducimos la cortisona (la hormona del estrés) y aumentamos la serotonina (la hormona de la felicidad). Esta es la razón por la que la música influye en nuestras emociones y sabemos que es una gran compañera en nuestro día a día. Y en concreto, para tu rutina de deportiva y de gimnasio, ya que influirá en tu ritmo respiratorio, tu presión arterial, las contracciones estomacales, los niveles hormonales y, por supuesto, ¡a soltar tus preocupaciones y bajar el estrés!

Disfruta y potencia tu ejercicio físico con música 

¿Cómo podemos aprovechar al máximo la música haciendo deporte? Depende de lo que queramos conseguir: energizarnos, mantener el ritmo o bajarlo. Hay músicas que nos ayudarán a subir el ritmo, otras a trabajar la resistencia e incluso a pasar por diversos estados a través de cambios de volumen y ritmo a lo largo del tema. La clave, por tanto, será saber escoger la música para nuestros entrenamientos: para los ejercicios aeróbicos, canciones con tiempo rápido que te motiven fácilmente y mejoren tu rendimiento. Por otro lado, para deportes acíclicos como el crossfit vienen bien los ritmos más relajados y sin letra para ayudarte a estar concentrada en los ejercicios. Teniendo esto en cuenta, y si además quieres controlar perfectamente el tiempo que dedicas a cada ejercicio, puede ser de gran ayuda hacerte una lista con temas de menos a más intensos para comenzar con el calentamiento y llegar al momento de más esfuerzo, y de nuevo ir a canciones más tranquilas para bajar pulsaciones.  

Sincronizar la respiración 

La manera en que la música influirá directamente en tu rendimiento no es solo con tu movimiento corporal (siguiendo el ritmo) sino principalmente con la respiración, que debe ir acorde al primero. Y de hecho, la música no solo ayudará a aumentar el rendimiento en este sentido y a oxigenar correctamente nuestro cuerpo con una respiración adecuada, sino también a bajar el ritmo acompasándola a temas más lentos. Por eso viene bien ligar las respiraciones a ritmos más lentos para relajarnos de una manera más rápida, estirando… y si eres de las personas que consideran el sueño un deporte, unir la respiración a una música relajante es una entrada asegurada al reino de Morfeo 😉