Cuando el verdadero premio es entrenar. Hablamos con el judoka Santyago Díaz.

hombre vestido con un judogi

Bronce en el Campeonato nacional cadete, oro en el Campeonato nacional U23, cuatro oros en diferentes torneos internacionales, oro en el Campeonato nacional senior, oro en el European Cup Senior… Santyago Díaz es un deportista que cuenta con múltiples  logros a nivel de competición. El último, en del Campeonato de España de judo Absoluto 2020 en Madrid, donde obtuvo la plata en la categoría +100.

 

Un campeonato particular

Al igual que en otros deportes, para el judo 2020 también fue un año especial, al tratarse de un deporte de contacto. Durante el confinamiento domiciliario que empezó en marzo se pararon los entrenamientos, que se fueron reanudando poco a poco conforme fueron pasando los meses.

El Campeonato de España de judo absoluto se disputó los primeros días de diciembre. “Al ser deportista de alto nivel, me dejaron entrenar un mes antes con sparring”, explica Santyago. “Normalmente se realiza la fase autonómica, la clasificatoria y la fase final, pero esta vez no hubo fase autonómica. Estoy contento con el resultado. Había estado más de un año sin competir”.

Hace once años Santyago estuvo en la selección española y, aunque ahora practica judo por ocio, como el campeonato de España de diciembre era por libre decidió participar.

 

podio con campeones del campeonato nacional de judo
Foto: Federación Navarra de Judo

 

El mejor premio

Más allá de medallas y trofeos, el judoka tiene claro cuál es la verdadera recompensa: “Venir a entrenar es mi premio al final del día. Es un momento de pasarlo bien y disfrutar. Y eso no ha cambiado con el tiempo. Lo de competir y viajar es un plus extra que es muy bonito, pero al que no todo el mundo llega. Para mi el objetivo más tangible es disfrutar del día a día”, explica.

Santyago empezó el judo como una extraescolar del colegio, más bien por un “tema lúdico, de motricidad y agilidad” y desde entonces no ha dejado de practicarlo. “Cada deportista tiende a ensalzar su propia disciplina. Lo importante es que el judo es un deporte que, como los demás, te permite sociabilizar, te da unos beneficios físicos para la salud y te enseña unos valores”, comenta. “Además es una actividad que se adapta a cualquier edad”.

 

Más de quince años disfrutando con nosotros

En concreto, hace diecisiete años que el deportista entrena en Larraona. “Un día iba caminando por la calle y me encontré a un chico con una chaqueta de judo. Le pregunté dónde hacía judo y me contestó que en el polideportivo Larraona. Fui y descubrí que el profesor era Alfredo Elizalde, a quien conocía de antes. Desde entonces estoy aquí”.

Todos los lunes y miércoles viene a uno de nuestros grupos de judo para practicar con Alfredo. “Ahora solo se puede un máximo de quince personas, pero antes llegábamos a estar unos veinte. Hay gente estudiante, pero también de distintas edades. En mi grupo, la más joven tiene catorce años y el más mayor cincuenta y uno. Ser una clase tan heterogénea es una parte muy bonita. Te libra de estar siempre con la misma gente o con personas de la misma edad y te hace conocer otros puntos de vista”.

Santyago explica que hay una parte de los socios que es más estacional, principalmente los universitarios que vienen en octubre y se van en junio; pero también gente que está todo el año. “Lo bueno es que acabas conociendo a todo el mundo, formas parte de una comunidad. Pones cara y nombre al que está en la recepción, que también se sabe tu nombre. Es un trato cercano que es muy agradable, frente a otros centros masificados. Larraona es muy buen club”, concluye.