El pasado 20 de junio, todas las niñas y jóvenes de la actividad de gimnasia rítmica de Larraona –74 alumnas– desfilaron en el Polideportivo para mostrar a la grada –espectadores emocionados y familias expectantes– el resultado de un año entero de entrenamientos. Perfectamente alineadas, caminando en círculos, acicaladas para el acontecimiento, miraron hacia arriba y –entre sonoros aplausos– saludaron como preámbulo de su actuación. Así empezaba la exhibición de final de curso 2022-2023.
Un amplio abanico de edades y niveles
La gimnasia rítmica de Larraona cubre todas las edades y niveles. En primer lugar, están los grupos de Iniciación, que no compiten y cuyo objetivo último es la exhibición final de curso. Estas gimnastas habían preparado 3 coreografías y cada grupo actuó en dos ocasiones diferentes.
Por otra parte, están los niveles de Competición. En Larraona hay grupos de Nivel 5 (benjamín, alevín e infantil), Nivel 4 (infantil), Nivel 2 y Nivel 1 (Base y Absoluto). Las gimnastas de estos niveles participan en distintas competiciones: en las de Navarra y/o los campeonatos de España. Pero, independientemente de nivel y resultados, terminado el curso académico, todas participan con la misma ilusión en la exhibición final, donde –a modo de recopilatorio– vuelven a desplegar sus coreografías ante sus entrenadoras y familias.
Hacer familia
El objetivo de este despliegue final de curso es, sin duda, mostrar los frutos del trabajo perseverante de todo el año. Y mostrar cómo la gimnasia rítmica de Larraona trabaja en todos los niveles. “Es una ocasión única para que las gimnastas se conozcan entre ellas, ya que el resto del año trabajan por niveles en distintos días y momentos de la semana. En definitiva, el objetivo es ‘hacer familia’ en la actividad de gimnasia rítmica” –nos comenta Patricia Berastegui, una de las entrenadoras del club–.
Aprendizaje y madurez de las gimnastas
¿Y cuáles son los frutos de ese esfuerzo? Según Patricia en Iniciación, “la gimnasia es como ‘un idioma’. Ganan en flexibilidad, en coordinación, ritmo, a nivel musical, en acrobacias, salto, equilibrio y atención. Y en Competición cada categoría trabaja el aparato que le corresponde esa temporada, adquieren experiencia para competir y madurez en el tapiz. Una gimnasta mayor el trabajo ya lo tiene hecho y lo que gana es madurez, tablas.”
Por otra parte, la gimnasia rítmica aprendes muchas otras fortalezas, tal y como explica Patricia. “Te enseña disciplina, súper importante para el futuro, te enseña a organizarte, a trabajar en equipo, el valor del esfuerzo, el sacrificio, el sentido de la responsabilidad, a trabajar horas y ser constante. También te enseña respeto. Trabajamos en equipo y en ese contexto aprendes el compromiso que tienes con las demás. Te tienes que organizar cuando estás de exámenes, y hay que cumplir, yendo todas a una.”
El resultado se pudo ver en las distintas coreografías desplegadas. De todo tipo: bailongas, dinámicas, con pelota, con aros, manos libres, cuerdas… Vestidas con esas mallas diseñadas por ellas, vistosas, ilusionantes y fruto también de su creatividad.
La gimnasia rítmica se demuestra así como un deporte integral, bello y constructivo.