Los lunes y los miércoles al mediodía tenemos la extraescolar de tenis. Los niños juegan, se divierten y se introducen en este deporte de la mano de Marta Fernández. “Es una iniciación al tenis”, explica. “El objetivo es que aprendan mientras disfrutan, que se lo pasen bien”.
¡Hora de moverse!
La profesora recoge a los niños en el patio del colegio y los lleva al polideportivo, donde están preparados los materiales de la clase. Durante ese rato que tienen después de comer, los alumnos se mueven, se desfogan y aprenden distintas habilidades. “Trabajamos mucho la coordinación y la lateralidad, el manejo del lado izquierdo y derecho de nuestro cuerpo. Intento que aprendan a controlar su cuerpo. Para eso realizamos ejercicios con pelota y con raqueta y hacemos muchos juegos. A estas edades, se trata de una aproximación para que tengan un primer contacto con el tenis y aprendan los conceptos básicos: derecha, revés, saque, etc.”, cuenta Marta.
Este curso, los alumnos apuntados tienen entre 4 y 8 años, por lo que necesitan estar muy guiados. Marta empieza la clase con un juego de movilidad para calentar (por ejemplo, la cadena). En la parte central, explica y ayuda a realizar los ejercicios de pelota y raqueta, encaminados a aprender el tenis de manera gradual, a través de “progresiones”. Estos ejercicios consisten en pequeñas dinámicas que les ayudan a aprender a golpear, botar, lanzar… y, en definitiva, a familiarizarse con la disciplina del tenis y mejorar sus habilidades motrices. Por ejemplo, uno de los ejercicios es un juego en el que hay que darle a la pelota como si se jugara al golf, porque es más sencillo empezar dándole si está en el suelo que si está en el aire. Al final, si da tiempo, se concluye la clase con otro juego de movilidad general.
Un deporte educativo
“Es una pena que la mayoría de los colegios no tengan extraescolar de tenis. Creo que les ayuda mucho a los alumnos. Es una disciplina muy completa y como es algo compleja, los niños aprenden a frustrarse, porque es un deporte en el que se falla mucho”.
Marta reconoce que a ella el tenis le ha ayudado a madurar. “Jugué de los 11 hasta los 21 años y competí y viajé mucho. Eso me obligó a ser disciplinada. Es un deporte que requiere mucho entrenamiento y convivir mucho con el fallo. Además, estás tú solo contra el otro y eso también ayuda a madurar, tienes que afrontar la situación tú”.
La joven deportista es nutricionista y está haciendo un máster sobre alimentación en la actividad física y el deporte. También está cualificada para impartir clases de tenis, con el título de Monitor Nacional Nivel 1.
“Dar clase a niños es muy gratificante, me gusta saber que lo que hago tiene una parte educativa. Veo que entre ellos se ayudan y disfruto con su alegría, con la visión que tienen de la vida. Los adultos a veces perdemos esa inocencia de jugar por jugar. Aunque es un trabajo exigente, los niños me gustan, me llenan mucho”.