Con el verano, llega la temporada del descanso y también de las despedidas. El pasado 12 junio cerramos el curso de la extraescolar de judo en el Polideportivo Larraona con una exhibición del grupo de los más peques, los judocas de 4 a 7 años. Fue una oportunidad para que las familias vieran el progreso del alumnado, y para que todos disfrutáramos con su energía y su actitud.
Una pequeña demostración de las clases
Gustavo Zubieta, maestro de judo, explicó en la exhibición cómo se estructuran las clases de este deporte enfocado en el trabajo en equipo, el respeto y la confianza en uno mismo.
Cada sesión se divide en tres partes, la primera, el calentamiento, o como Gustavo le llama, los juegos trampa. “Ellos creen que juegan, pero son aprendizajes necesarios para las técnicas de judo”, añade Gustavo. Estos calentamientos incluyen técnicas de caída. En japonés, Ukemi significa caída, y existen distintas técnicas como el “zempo kaiten ukemi”, que consiste en caer rodando hacia adelante para reducir el impacto.
La segunda parte consiste en las demostraciones de randori de suelo, siendo “randori” la palabra para referirse a la lucha, que incluye las técnicas de combate en el suelo.
La clase termina con la tercera parte, en la que se realiza un entrenamiento de randori de pie, combinando el combate con las técnicas de caída.
Paso a paso hacia nuevas metas
Como el entrenador Alfredo Elizalde comenta, “los cinturones son las pequeñas metas que van consiguiendo”. Siendo el cinturón blanco el primer nivel, este grupo de pequeños judokas puede llegar a alcanzar el cinturón amarillo, luego el verde, ¡e incluso el naranja! El judo, nos explica el entrenador, es el único deporte en el que se enseña a caer: “Si uno no aprende a caer, jamás perderá el miedo”, añade Alfredo.
Tras muchas caídas, pero también risas y orgullo por las técnicas bien ejecutadas, los judokas terminaron la exhibición con un saludo y un agradecimiento final que realizaron como muestra de respeto. Después de este gesto, se les entregó un reconocimiento consistente en una medalla y un diploma, como felicitación por su progreso.
Ahora es el momento de descansar, para seguir creciendo en verano y regresar con más fuerza el siguiente año. ¡Nos vemos el curso que viene!